El sábado 6 de abril, en Fundación Magma (Alberdi 119. Concordia), será el primer encuentro de 2019 de la quinta temporada del ciclo Concordia esquina Montevideo, con un espectáculo de excepción: “Adios Lazaroff”, protagonizado por Felipe Castro (Falta y Resto) e Ismael Collazo.
La programación continúa el 4 de mayo con Fede Wolf, con canciones de arena y cordillera. El 8 de junio Pedro Mairal presentará su libro «La Uruguaya» y mostrará su proyecto musical «Pensé que era viernes» junto a Rafael Otegui. Finalmente, el 13 de julio Maia Castro junto a su trío presentará las canciones de su nuevo disco «Quinto».
Jorge Lazaroff perteneció a una generación de músicos populares uruguayos, influenciada por un montón de estímulos mundiales diferentes. Desde el Mayo Francés hasta las dictaduras latinoamericanas; desde The Beatles a la guerra de Vietnam.
Lazaroff pudo, y especialmente supo, diferenciarse claramente del resto de esos músicos populares uruguayos, basándose en la idea de arriesgar permanentemente desde el punto de vista compositivo e interpretativo, quizás como forma de intentar acompañar unmundo que exigía una visión del ser humano distinta, en especial en una Latinoamérica que volvía a emanciparse.
Además de su obra, sus discrepancias con determinadas expectativas y rumbos políticos que él entendía no correspondían a las posibilidades que esos tiempos presentaban, y la crítica profunda en el análisis musical exhaustivo de algunos íconos de la música latinoamericana de resistencia como Silvio Rodríguez, lo enfrentaron a una intelectualidad de “izquierda” que no se detuvo a observar si realmente no había algo de razón en sus postulados y simplemente lo despreció, llevándolo a una angustia muy profunda; para algunos, uno de los motivos de su posterior fallecimiento.
Lazaroff es todo eso; son melodías permanentemente cambiantes, donde no se repite ninguna fórmula, ni siquiera la que la misma canción presenta. Son textos analíticos y representativos de esos tumultuosos años o la composición sobre textos de otros poetas de aquel entonces, musicalizados de tal forma que nunca se abandona la tarea de buscar alternativas, dándole un valor superlativo al arte y al músico popular.
Ismael Collazo en guitarra y Felipe Castro en voz, intentan reproducir lo más fielmente posible parte importante de la obra de Lazaroff.