El viernes 29 de junio, a las 20 hs., en Casa de la Cultura (25 de mayo 734) de Gualeguaychú se presentará “Dos mil 16” de Darío Lonardi. Este libro es una crónica literaria que interpela los ideales y conducta del autor y la de sus semejantes a la hora de elegir el «cambio» de gobierno.
En la mesa estarán: Susana Lizzi (escritora y autora del prólogo), Fabián Magnotta (periodista y escritor), Marginales (grupo de Hip Hop), Darío Lonardi (autor).
Reflexiona Darío Lonardi:
El capitalismo Neo Liberal arrojó sobre la población cientos de millones de mensajes, ocultos, prefabricados y direccionados, según el perfil de cada individuo. Tal parece, que la masiva manipulación digital logró aniquilar la capacidad de discernimiento.
El resultado de las últimas elecciones presidenciales, y la confesión del periodista Julio Blanck me eximen de otras interpretaciones. “Hicimos periodismo de guerra” dijo.
Así escribe Darío:
“Comprendí que eran palabras urgentes, o sonámbulas. Sin embargo, consciente de lo que estaba sucediendo sentí curiosidad, como un actor de reparto que aún no conoce su rol. Ella permanecía en su plano, viviendo un intervalo efímero, volátil, propio de un sueño, y yo conteniendo la respiración, posiblemente interviniendo en el ajustado desenlace. La juzgué asustada al tiempo que observé la bolita negra que latía y se agrandaba en el centro de su iris, pero no quise acelerar el proceso, ante lo que parecía ser un pedido de auxilio, un ruego o un grito desesperado. Sin dudas, se trataba de un momento angustiante. De pronto, una ligera convulsión, además de la rigidez de sus dedos, puso en jaque mi pretendida posición neutral”
Susana Lizzi señala en el prólogo:
“Con la mirada puesta en acontecimientos que resultan latigazos para el pobre que ya lo era, más los cientos de miles de nuevos pobres que se sumaron a causa de los despidos –en masa o por goteo, públicos o privados-, aferrado a la palabra de Francisco, Darío Lonardi logra no caer en lo panfletario, ni quedarse en lo meramente descriptivo, sino que se muestra agarrándose las tripas ante el dolor de una democracia despanzurrada deliberadamente: la tierra abonada con azufre le duele. Y trata de mostrarnos desde su subjetividad la de cada uno de nosotros, los que creímos que era posible seguir empoderados y conquistando más y más derechos sociales y garantías constitucionales que aseguraran una vida digna, tranquila, armoniosa.”